domingo, 19 de julio de 2009

Conversacion con K.

En su cuartucho de la estacion, K. comparte con nosotros su comida. Dice que comamos mas, que hay que alimentarse. Enciende un cigarro, dice que es adicta, no consigue dejar de fumar, y mira que lo ha intentado. Empezo cuando tenia 24 anhos y murio su madre. Murio en sus brazos. Karina tenia entonces una hermana de 17 anhos y una hija de cinco meses. Lo paso muy mal, tuvo tres "crisis nerviosas", asi dijo. Tuvo que hacer de madre y de hermana mayor, no se por que no menciona a su marido ni a su padre. Empezo a beber, era lo unico que la tranquilizaba. Una vez su marido volvio a casa y se la encontro borracha. ?Quien ha estado aqui?, le pregunto. Nadie. Entonces, ?como es que te has bebido la botella entera? El marido le dijo que un cigarrillo hacia el mismo efecto que dos chupitos de vodka. Dejo de beber, empezo a fumar. Y no consigue dejarlo, por mucho que lo intente. El momento de fumar es su unico tiempo libre. Para otras cosas no tiene tiempo, hay que trabajar. Le gustaria hacer deporte, quiere adelgazar, pero no hay tiempo para eso.

Hay que trabajar, no es facil llegar a fin de mes. Porque el presidente se apropia de todo el dinero que llega a Georgia con la ayuda internacional. Eso dice. Hubo una epoca en la que vivian con apenas un dolar al mes, pero eran otros tiempos. Las condiciones eran pesimas. Los cortes de gas, luz y agua eran constantes. Para poderse lavar con agua caliente ("porque lavarse con agua fria no es lavarse, es solo esparcir la mugre") tenian que calentar ollas en braseros de carbon. En una de esas ocasiones en que no habia ni luz, ni gas, en pleno invierno, su padre se mosqueo por no poderse hacer ni un te, asi que fue a comprar un brasero, empezaron a acudir todos los vecinos y todos estaban contentos de poder tomarse por fin un te caliente.

Una amiga suya la invito una vez a Moscu. Le compro los billetes. En su casa pudo banharse en agua caliente, estuvo metida en la banhera hasta que el corazon empezo a fallarle. Porque no esta bien del corazon. Su amiga le dijo que no exagerara, que al dia siguiente podia volver a meterse en la banhera. Y a las nueve de la noche se quedaba mirando atenta la bombilla. Y su amiga: no te preocupes, que no se va a apagar. Porque en el Caucaso, a las nueve de la noche se acababa la electricidad hasta el dia siguiente.

A K. le encanta cocinar, por eso nos invita a su casa a comer dolma en cuanto volvamos de Armenia. Dice que le traigamos un buen tarro de hojas de vid, que en Armenia son mejores. Tiene una cocina muy pequenha, tanto, que cuando se pone a cocinar manda al marido a casa de su madre (la de el). Suenha con tener una cocina enorme donde todo este ordenado y accesible, al alcance de la mano. Que le traigan los ingredientes y ella se encargara de cocinar.

Creo que lo que mas me gusta de los georgianos es que, cuando hablan, lo hacen siempre sobre si mismos, nada de comentar el tiempo. Por eso es facil cogerles carinho. Porque no les da miedo hablar de sentimientos, ni siquiera cuando estos no son positivos. Podriamos aprender mucho de ellos...

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