jueves, 23 de julio de 2009

Goris - Tatev - Goris

A las ocho ya nos esta esperando delante de la casa nuestro conductor, con camisa blanca y muy buena cara para lo borracho que estaba a las diez de la noche. Nos monta en su Lada azul y alla vamos. Nos cobra once mil drams "porque hay un polaco entre nosotros", que si fueramos de otro lado querria quince mil. Una pasta, pero las carreteras estan fatal y los coches se estropean y, ademas, es todo cuesta arriba y se consume mucha gasolina. Nuestro Lada, sorprendentemente inmutable, aguanta los baches y las cuestas, "gracias a que arrancamos tan de manhana", porque, si no, el agua del radiador ya estaria hirviendo. La carretera serpentea entre montanhas, los campos son un patchwork de amarillo, verde y el lila ocasional de los brezos. Grach nos va senhalando todas las flores y plantas del camino, recitandonos sus propiedades medicinales. Muchas de esas plantas, segun el, solo se dan aqui, cerca de Goris. Del mismo modo que aqui tienen los mejores tomates del mundo, "tomates como estos no los encuentras en ninguna parte", y las mejores judias e incluso el mejor lavash, porque el lavash, aunque tambien se encuentra en Iran y en Turquia, es un invento armenio. "?Sabeis algo de la historia de Armenia?", nos pregunta. Antes Karabaj y Naxçıvan pertenecian a Armenia, pero la URSS, a fin de equilibrar las potencias regionales, entrego ambas regiones a Azerbaiyan, lo que motivaria los recientes conflictos entre ambos paises. "A mi me gustaria que no existieran las palabras mio y tuyo. Que no hubiera fronteras, que hubiera una sola fe y un solo presidente."

Tatev es un monasterio de no se que siglo, pero muy antiguo, situado entre montanhas. El enclave es mas bonito que el sitio en si, al menos para mi, que he visto unos cuantos monasterios romanicos perdidos entre las montanhas gallegas, pero vale la pena verlo. Sobre todo, porque aun esta en funcionamiento, y te topas con sacerdotes de barba y tunica negra y senhoras de panhuelo en la cabeza. Al igual que nos ocurrio en Khor Virap, cuando llegamos esta practicamente vacio, pero al poco empiezan a llegar autobuses de turistas, casi todos armenios. Le pregunto a Grach si es ortodoxo. "Yo soy un ser humano", responde.

Desayunamos en una especie de cabanha que hay un poco mas adelante. Pedimos solo un te y unos huevos con tomate. Nos traen, ademas, un monton de lavash, manojos de cilantro, cebollino y otras hierbas, queso casero, un plato de riquisimo cordero en salsa, mermelada de no se que bayas, ensalada de tomate, matsoun (una especie de yogur, como el matsoni georgiano) y una mirinda. Damos buena cuenta de todo, ya que es casi mediodia y aun estamos en ayunas. La sorpresa llega a la hora de pagar. 4500 drams. Otra vez no nos hemos asegurado antes. El timo nos pone de mal humor.

Por el camino de vuelta Grach va parando cada dos por tres para recoger punhados de plantas medicinales de esas que solo existen aqui. Nos ensenha el Puente del Diablo, unas formaciones rocosas excavadas por aguas termales, pero estamos demasiado cansados para intersarnos. Luego nos para en un lugar desde donde se divisa todo Goris. Dice: "Goris, pequenho Paris", y nos recita un verso que viene a decir que quien no ha visto Goris, no ha visto el mundo. No tenemos ganas de polemica, asi que asentimos. Para que quitarle la ilusion.

Ya en casa, nos vamos a dormir la siesta, pues estamos muertos. Por la tarde salimos a cambiar nuestros ultimos euros y a dar una vuelta por la parte antigua, donde hay unas cuevas y no se que mas, pero no llegamos hasta alli. No nos sentimos a gusto, la gente nos mira con manifiesto rechazo, y solo enterarnos de donde salen las marshrutkas para ir a diferentes sitios nos lleva una hora y pico de averiguaciones, asi que decidimos acortar nuestra estancia alli y volver antes a Erevan. Y, de momento, tirar para casa. Al pasar por el parque, una chavala que habla ingles nos dice que nos sentemos con ella y con su amiga, tiene 17 anhos, quiere ser traductora, habla sin parar y antes de dejarnos contestar a cualquier pregunta ya esta formulando cuatro mas, es como si no conociera la existencia de los signos de puntuacion y su consecuencia en el discurso hablado. Se extranha de que no le contestemos, de que estemos boquiabiertos y apenas logremos emitir alguna que otra risilla desconcertada. Nos escapamos cuanto antes. La excusa perfecta es el sms que acaba de recibir Monika con la noticia de que ha aprobado un examen importante.

Para celebrarlo, compramos lavash, tomates, pimientos, queso y cerveza rusa y ucraniana (la armenia ya no merece mas oportunidades). Al llegar a casa, nos topamos con la madre de Artur que, empujandolos con un palo, esta metiendo a las gallinas y los pollos en el cuarto que les hace de corral, que esta lleno de muebles en desuso, un somier desvencijado y cajas de carton donde dormiran los animalitos. Nos partimos de risa, porque la senhora llama a los pollos "chipo, chipo, chipo", cosa que en polaco suena fatal.

Estamos en nuestra habitacion preparando el banquete cuando aparece Artur, el duenho, se sienta con nosotros, bebe de nuestra cerveza (que no conocia y le gusta), a cambio nos da tutovka casera. Bebemos y comemos. Dice que no puede beber mas porque todavia tiene que trabajar, esta terminando la casa. Ahora entiendo por que todas las casas estan sin terminar y la mayoria de las lineas estan torcidas. Tenemos que salir a comprar mas de todo. A la vuelta, Artur se nos une de nuevo. Se queja de que los turistas que vienen aqui no hablan ruso, por no mencionar el armenio, y no hay manera de comunicarse con ellos. Por ejemplo, los italianos: llegan hasta Goris y se quejan del precio del taxi hasta Tatev, sin entender que la carretera es horrible y los coches se rompen y por eso el trayecto cuesta tanto, y se vuelven a Erevan sin haber visto Tatev ni casi Goris. Una pena para ellos, porque "quien no ha visto Goris, no ha visto el mundo". Antes Artur tambien tenia un taxi, un Zhiguli, pero no se que paso, ahora esta esperando a que le traigan otro coche. Nos lleva al patio y nos ensenha el barril donde fermentan las bayas blancas que en pocos dias daran litros de tutovka.

Aparece la madre de Artur, ya no recuerdo a cuento de que, nos dice que los turistas se piensan que alli viven musulmanes, que ellos no son musulmanes y que los musulmanes son malos. No nos sentimos con fuerzas para rebatirselo, Monika alcanza a decir apenas que todo depende de las personas. Al fin y al cabo, Armenia, junto con Georgia, constituye una isla cristiana que a lo largo de la historia ha sido invadida sucesivamente por turcos, persas, mongoles, azeries...

Artur no sabe si nos vera manhana, porque nosotros salimos a las 8 y el no tiene pensado levantarse hasta las 10, pero dice que se alegra de conocernos, que somos buena gente, que sabemos ruso (si, yo he conseguido decir tres frases seguidas, aunque dando de patadas a la gramatica) y nos esforzamos por comunicarnos con ellos, que comemos y bebemos con ellos (bueno, con el) y que la proxima vez que volvamos, traigamos a dos polacas mas, porque a su vecino, que tiene 45 anhos y sirvio en el Ejercito en Polonia cuando la URSS, solo le gustan las polacas y por eso aun no se ha casado. ?Y por que tenemos que traer a dos? Porque candidatos para las polacas no faltan.

Nos acostamos sin ducharnos y con una considerable melopea. Al igual que la noche anterior, no se por que, me duermo pronto, pero luego me despierto y me paso en vela la mayor parte de la noche. Escucho al menos cinco discos.

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