viernes, 24 de julio de 2009

Goris - Erevan

Otra vez apenas consigo dormir. Salimos tempranito. Yo, en pantalon corto para no sudar en la marshrutka, y resulta que el dia esta gris, incluso caen unas gotillas timidas. Se supone que nuestra marshrutka es a las 9, pero nos han dicho que estemos al menos media hora antes para comprar los billetes. Esperamos delante de la oficina donde los venden. Al lado hay un mercado y una furgoneta cargada de sandias, un tipo grandote vestido de negro las saca de la furgoneta, las pesa y se las lanza como balones de rugby a un tipo escualido vestido de blanco que esta a la puerta del mercado, a cinco metros de distancia. En cuanto ven que saco la camara, cambian de sistema y, aunque ello requiere mucho mas movimiento, se las pasan de mano a mano. La marshrutka no llega hasta casi las 10. Estoy pensando seriamente en escribir una reclamacion al Tribunal Europeo de Derechos Humanos o algo asi para que prohiban las marshrutkas por inhumanas... o al menos que les quiten una fila de asientos, redistribuyan el resto y les pongan una suspension como Zeus manda!

Hacemos una parada para comer un kebab y tomar un cafe. Mientras esperamos sentados en un bordillo, un chaval nos pregunta si hablamos ruso. Es de Karabaj y va a Erevan a una conferencia sobre el conflicto armenio-azeri. Tendra veitipico anhos, parece culto, informado y bastante imparcial, a pesar de no poder serlo. Nacio en Baku, capital de Azerbaiyan, y luego sus padres se vieron obligados a trasladarse cuando la guerra. Nos proporciona una vision bastante amplia (para el poco tiempo que tenemos) de la historia de la zona. Entiendo que Stalin, queriendo modificar en su propio interes el equilibrio de fuerzas de la zona (donde, al parecer, Armenia era la Republica Sovetica mas rica), en una de sus endiabladas maniobras politicas concedio a Azerbaiyan el territorio de Nagorno Karabaj, donde la mayoria de la poblacion era armenia. De parecida forma actuo con Naxçıvan, que hoy en dia pertenece tambien a Azerbaiyan, a pesar de hallarse separado de este por la propia Armenia, de la que un dia formo parte. La historia nunca ha sido mi fuerte, aunque ahora que, durante mis viajes, voy teniendo contacto con sus consecuencias, me interesa mas que nunca. En cualquier caso, recuerdo perfectamente aquellos telediarios cuando era pequenho en los que uno de los temas recurrentes era la guerra de Nagorno Karabaj...

Nuestra marshrutka arranca de nuevo, tenemos que despedirnos del chico. Un senhor mayor que va sentado al lado de Monika y al que le apesta el aliento a tabaco y a alcohol nos pregunta "si no hablamos otra lengua", aunque dudo que supiera la que estabamos hablando. Quiere ir a Espanha porque le gusta el futbol, es del Barca, pero tambien del Madrid, aunque menos, y una vez tiro la tele al suelo porque Raul fallo un penalty. Habla algunas palabras de frances, pero odia "el idioma americano", porque los americanos son los culpables de la democracia y el capitalismo, y el capitalismo no ha traido nada nuevo, antes vivia mucho mejor, y con un gesto que hace con el pulgar a la altura de la barbilla nos indica que nadaba en la abundancia. Me gusta escuchar su punto de vista y contrastarlo con el del chaval que acabamos de conocer, pero sus palabras ebrias resultan demasiado agresivas y su aliento demasiado asqueroso para Monika. Menos mal que enseguida sube una senhora y se sienta entre ellos.

Ya en Erevan tiramos para la casa de Anahit, la senhora que nos alojo la otra vez, pues no hemos encontrado nada mas barato, y menos con agua caliente, que nos hace mucha falta despues de estos dias en Goris. Pero resulta que justamente acaban de cortar el agua y no saben cuando volvera. Pegajosos como estamos, salimos a dar una vuelta. Pasamos por una tienda de discos que nos han recomendado, Planet Disc. Un vendedor nos saca unos cuantos cedes y se ofende muchisimo cuando digo que lo que estoy escuchando me recuerda a la musica turca: "no nos gusta que comparen nuestra musica o nuestros instrumentos con los turcos". Que le voy a hacer si soy tan ignorane como para que encontrarlas parecidas. Por suerte viene al rescate otra vendedora, Narina, que nos oye hablar en polaco, tiene veintipocos anhos y ha vivido diez en Polonia y le hace ilusion hablar con nosotros. Monika le pregunta por que se rie la gente de nosotros. ?Por sus pantalones naranjas? Narina dice que no, me mira y dice: creo que es por su corte de pelo. Narina dice que quiere irse de Armenia, le gustaria volver a Polonia. Quedamos en quedar manhana.

Luego llega Suren, que es un chico que conocio Monika hace un par de anhos cuando estaban escalando no se que montanha. Vamos a tomar una cerveza, esta vez rusa. Descubrimos la Baltika numero 9, que no solo esta super buena, sino que es fortisima. Con una y media cada uno, vamos haciendo eses. Suren solo toma zumo, no paran de llegarle mensajes, esta muy solicitado, enseguida se va. Nosotros vamos a cenar: lahmajo, que es una especie de pizza finita con carne, sospechosamente parecida, y espero que me perdonen, al lahmacun turco.

Comprendo el resentimiento armenio hacia los turcos, cuya raiz principal supongo que sera el genocidio armenio. Pero negar la influencia turca siquiera en lo culinario me parece totalmente irreal. Lahmajo (lahmacun), tan (ayran), kabab (kebab)... todo me suena tanto a mi viaje del anho pasado... A no ser, claro esta, que sean los armenios los que hayan influido en los turcos...

Volvemos al sitio de las cervezas y nos tomamos otra Baltika 9 a medias para completar la racion. Monika se va a dormir y yo a internet. Vuelvo a casa a las once y resulta que por la tarde volvieron a dar el agua, pero ya la han vuelto a cortar. No puedo ducharme ni lavar la ropa. Pero por fin duermo, duermo de maravilla y un monton de horas.

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